Uno de los elementos fundamentales en la puesta en marcha de iniciativas empresariales es el disponer de buenas ideas
Una buena idea no hace por sí sola una empresa.
Sin duda que la mayor calidad de la idea favorecerá el llevarla hacia delante pero no garantiza por sí misma el éxito.
Para un buen análisis de esta idea es fundamental la realización de la reflexión que se contiene en un Plan de Empresa.
El Plan de Empresa se convierte en el elemento fundamental de cualquier proyecto de empresa.
Realizar un Plan de Empresa puede ser una labor compleja y descompensada si lo que se pretende conseguir es una simple valoración previa de una idea.
Se pueden utilizar otras técnicas más sencillas para poder tener una primera valoración de la idea.
No sólo es necesario disponer de la idea, sino que debe de tener un mínimo de maduración
En caso contrario, es muy alta la probabilidad de que se abandone su análisis por la cantidad de dudas que se plantean.
Esta maduración es también fundamental para poder aprovechar las herramientas que existen para la elaboración de Planes de Empresa y para poder beneficiarse de un asesoramiento técnico externo.
Si la idea no está madura, es fácil que estos dos elementos fundamentales en el desarrollo de un proyecto se consideren como poco útiles y acaben ahogando la idea.
No es difícil tener ideas. La gran dificultad estriba en madurar esta idea y ponerla en marcha y para este trabajo todas las ayudas son pocas.
En algunos casos no tiene mucho sentido ocultar las ideas.
Texto, texto, texto.
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