Turquía cobra cada vez más importancia como país y como mercado gracias a su posición geográfica estratégica y al gran tamaño de su población (71 millones de habitantes). Se trata, además, del país más rico de Oriente Medio en recursos y producción agrícolas, y posee también importantes recursos mineros (es, prácticamente, el único productor mundial de boro), muchos de ellos escasamente explotados todavía.
Los sectores industrial y de servicios están adquiriendo una gran relevancia económica, ayudando así a la consideración de Turquía como un país cada vez más cercano a las economías desarrolladas. Su sector público es aún muy fuerte, si bien existe un sector privado pujante en el que destaca la convivencia de multitud de pymes con grandes holdings industriales y de servicios. Por otra parte, en los últimos años se están llevando a cabo importantes privatizaciones, como las realizadas en el sector eléctrico, el siderúrgico o el de telefonía.